Solo Faltan...

El Lalo (conocido en nuestro círculo de amistades como Carlitos Espasande, porque lo de Lalo es mío y viene de Calalo, que es como le llamaba su hermana cuando era pequeña) está calentando motores para partir a New York en busca de nuevos horizontes. A él le encanta la calidez de este pueblo y las divertidas reuniones que hacíamos en su apartamento y su amplio grupo de amigos y todo. Pero se nos va para los Newyores dejándonos desconsolados a todos porque, joder, Miami sin el Lalo será como una noche de luna esplendorosa que no vamos a poder disfrutar desde la terraza de su apartamento. Lalo no te valles! Mentira. Me encanta que arranque y se enfrente a nuevas aventuras. Eso es siempre bienvenido en la vida de cualquiera. Lo malo es estancarse. Quedarse aquí aburrío...temiendo la llegada del horrible carnaval de la Calle Ocho. El Lalo es ese tipo de persona que todo el mundo ama. Es el ídolo de mis hijos porque según ellos, el Lalo es "super cool" Y tienen razón. Nada defin

Ayer me enviaron un email en el que me pedían pinchar un link que me llevaría a una página en donde me dirían quién había sido yo en mi vida pasada. Hey. I’m curious! Uno siempre piensa en esas cosas no? NO? Ah, pues yo si. Bue…el caso es que después que me pidieron la fecha de nacimiento y si era mujer u hombre, tuve que pinchar otro link y ahí me dijeron un montón de cosas asombrosamente ciertas con respecto a mi personalidad y al final me dijeron que en mi vida anterior yo había sido un hombre filipino, trabajador de la construcción en los años mil cuatrocientos treinta y pico.Y me preguntaban: Te resulta familiar? Le encuentras sentido ahora a algún recuerdo vago? Ehhhh? ‘Tan locos! Me voy a acordar de algo de lo que hice cuando era un constructor filipino en el 1430 si ni siquiera me puedo acordar de lo que hice hace 15 minutos…joder. Que clase de adivinos son ellos que teniendo el dato de la fecha de mi nacimiento todavía me preguntan si me acuerdo de algo! Y luego, acaso todas

Solo faltan 112 días pero yo tenía que contarles esta aventura. Eso que ven en la foto es mi pie. Mi pie después del tratamiento con sales del Mar Muerto. Se puede notar la diferencia en el color de la piel. Parece como si hubiese tomado el sol con las medias puestas pero no es eso. Es que el masaje con las sales del Mar Muerto se lleva toda las células muertas y te deja la piel…bueno, tuve que tirarle una foto para que lo vieran. Y honestamente, no estoy promoviendo el producto. No voy a decir ni donde lo compré, ni como se llama, y la verdad, quizá si lo tratas con cualquier sal de mar resulte efectivo igual pero la verdad es que es una maravilla. Y no es que yo sea fácil de convencer para venderme cualquier cosa, sobre todo si el vendedor es un israelita con un acento super sexy y unos ojazos azules que te miran intensamente como escudrinando las entrañas de tu alma para ver cuantos productos más te puede sonar por la cabeza porque este ya se lo arrebataste de la mano a la primera

Faltan 124 días. Las canas me han aumentado considerablemente en estos últimos 10. Pero no por la angustia de lo poco que falta sino porque mi hija aprobó el examen de la licencia de manejar. El día que yo lo aprobé fue uno de los mas felices de mi vida. Habia estado manejando con la restringida porque no me quedaba mas remedio pero con lo ratona que soy yo con la policía, la verdad es que me había resultado bastante angustioso manejar asi, infringiendo la ley. Obtener la licencia de conducir en esta pais es como un pasaporte mas a la libertad. Ahora puedes moverte sola y legalmente. No tienes que esperar por nadie. Puedes agarrar tu transportation y deslizarte por el pavimento, desafiando el tránsito asesino con toda libertad. Yo por lo menos lo disfruté tanto. Por eso comprendo a mi hija y se los deseos que tiene de agarrar un carrito y demostrar sus habilidades en el timón, las mismas con las que me saca el hígado cada vez que la dejo manejar. Y no porque no lo haga bien,

Faltan 135 días, pero hace 19 años, un día como hoy pero miércoles, a esta hora estaba yo en el hospital South Miami, en la sala de pre-parto, esperando al Doctor Torres . A las cinco de la mañana se me había roto la fuente y como ya lo teníamos todo más o menos preparado, llegamos enseguida al hospital. Pero mi hijo no quería atravesar el tunel misterioso; se sentía muy cómodo en la bóveda uterina donde había permanecido por las últimas 38 semanas. El Dr. Torres, informado de que a pesar de que yo había roto la fuente desde temprano no tenia contracciones, se tomó su tiempo y no se apareció por alli hasta las 2 de la tarde. En todo ese tiempo yo dormi, me desperté, fui al baño, dormí mas, sufrí cuando la enfermera me hizo un reconocimiento, porque metió su mano enguantada por el tunel por donde iba a salir el niño para ver en que posición estaba y eso me dolió más que cuando me sacaron una muela sin anestesia. Después de eso pensé que a lo mejor tener un parto natural no iba a ser tan