La Herencia de Macumba. Cuarta Parte.


El Capitán Hinestrosa

Un día cualquiera de abril, un galeón español llamado “ El Gallegazo” capitaneado por el Capitán Hinestrosa atracó en las costas de Irlanda. El navegante había escuchado hablar del orfelinato de Macumba y se vio en la necesidad de visitarlo para llevar a un bebé que había nacido en el barco y cuya madre falleció de parto. El padre era uno de los marineros del barco pero cuando el capitán Agostiño Hinestrosa preguntó quién era el padre, uno que estaba en el mastil del barco gritó “¡Piratas!” Fue una falsa alarma, pero sirvió para que todos los marineros se desperdigaran y nadie contestara la pregunta.
El Capitán, que aunque gallego no era tan bruto ná, comprendió que nadie se iba a responsabilizar con el bebé y decidió entregarlo en el orfelinato del que tanto habia oido hablar, porque su barco paraba en aquella costa a cada rato para cargar cerveza.



El gallego se enamoró de Macumba a primera vista. Ella no le hizo ninguna gracia porque venía con una peste a mono cuqueao, peor que la tenía la mascota de ella en Burunganda (su villa natal), un monito muy gracioso al que ella le llamaba Pestolicio.



Uno de los chamacos de Mama Cumba le dijo al gallego que si quería ganarse el corazón de ella tendia que bañarse y perfumarse, porque ella tenía un olfato muy sensible y sentia un gran rechazo por el mal olor. Los chicos la conocían muy bien.
El gallego consideró que el sacrificio valía la pena. Se bañó, se perfumó, se compró ropa nueva y se fue a cortejar a Macumba.



Ella se hizo la difícil por un tiempo pero finalmente cedió porque él era muy insistente, cariñoso, buena gente, comprensivo, buen mozote y le había prometido que iría a Burunganda a buscar a toda su familia.
Lamentablemente siete meses después, los marineros del Capitán Hinestrosa regresaron de Burunganda con la triste noticia de que la villa de Macumba había sido arrasada por los tratantes de esclavos y todos sus habitantes habían sido muertos o vendidos como esclavos en el nuevo mundo.
Aunque entristecida con la noticia, Macumba cumplió al promesa que le había hecho al Capitan.


Macumba Lancaster se casó con Agostiño Hinestrosa, en la catedral de San Patricio en Dublin. Después de la boda todas las posesiones de la Catedral fueron confiscadas por Enrique VII y el cura que los casó, un tal Edward Bassenet, fue hecho prisionero hasta que todo lo que contenía la Iglesia fue entragada al rey.
Dicen que fue por los problemas político-religiosos que existían en aquellos momentos, pero Macumba sabía bien que el rey lo hizo por despecho.


Agostiño le vendió el barco a su tripulación y se instaló con Macumba, a quien él quizo rebautizar como Micaela Hinestrosa. Ella le dijo que nananina. “Mi nombre es Macumba y Macuma me quedo.” Le dijo. “Está bien maja, no te recalientes que se te ponen rojos los cachetes.” – le contestó el amante esposo.


El matrimonio tuvo siete hijos. De los siete hermanos solamente dos salieron negritos. Los otros cinco tiraron para el padre que era muy blanco, rubio y pecoso. Mas parecía irlandes que español.


Los dos negritos tomaron rumbos direferentes del resto . El que se llamaba Vicente sacó la vocación de navegante. A los 16 años se marchó en un barco y dicen que se convirtió en pirata. Lamentablemente no supieron mas de él.


El otro, Horacio, quizo reencontrarse con sus raices maternas y muy a pesar de las advertencia de Macumba se fue para Africa. Unos meses más tarde fue cazado en el mismo villorio donde cazaron a su madre, y transportado a América en uno de esos barcos infames, atados a otros esclavos y defecándose en la hora que le dio por buscar sus raíces.


Terminó siendo vendido en América, a donde se mandó Macumba para comprarlo de nuevo y traerlo a patadas por el fondillo para casa en Irlanda donde se quedó para siempre ayudando a su madre en el orfelinato.


Los otros cinco hijos se fueron a América, se dispersaron entre el norte y el sur e hicieron sus vidas persiguiendo cada uno sus sueños.


Macumba Lancaster Hinestrosa que asi terminó por llamarse en su declaración de ciudadana Irlandesa- Española, mantuvo contacto siempre con sus hijos, menos con el pirata.


Todos estos datos estan registrados en un diario que escribió Macumba desde su época de amante del Enrique VIII y que se conserva aun por designios divinos.
Ella vivió hasta los 100 años y fue la fundadadora de todos los orfelinatos de Irlanda. Lo que pasa es que los irlandeses son un poco mal agradecidos y como hace tanto tiempo de eso no la reconocen como tal.


Aunque Macumba profesaba su religión Yoruba, adoptó las creencias cristianas y se convirtió en devota de San Patricio, santo patrón de Irlanda. Ese fue el nombre que le dio a su primer hijo, Patricio Rigoberto Hinestrosa Lancaster. Luego les pidió a todos sus hijos que como tradición de familia, siempre nombraran a uno de sus retoños con el nombre del santo patrón.


Patricio Rigoberto se estableció en el norte de España y se convirtió en un próspero mercader de pescado. Se casó con una joven vasca, llamada Aintza Baigorri, que le dio tres hijas. Siguiendo los deseos de su madre, Patricio R. llamo a su primera hija Patricia Ederra.


La historia de todos lo hijos de Macumba es muy larga, asi que por ahora vamos a continuar con la de Patricio Rigoberto y su familia, que es la que nos concierne.

Patricia Ederra Hinestrosa Baigorri
(Continuará)

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