La Herencia de Macumba
Solo faltan nueve días. Me embarga una mezcla de sentimientos. Me imagino que sentimientos parecidos embargaron a los que los cumplieron antes que yo y embargarán a los que los que los cumplan después que yo. Ya me veo diciéndoles a estos últimos:
"No es nada... Un día tienes 49 y al otro 50...El mundo no se cae...Te sientes igual...Te sientes hasta mejor porque ya te quitas la presión y bla bla bla..."toda esa baba que decimos porque no nos queda más remedio. Pero bueno, además de cumplir 50 años dentro de nueve días también voy a celebrar la Herencia de Macumba. Ambos acontecimientos son importantes y como ya he hablado tanto de que voy a cumplir cincuenta, en estos nueve días que faltan me voy a dedicar a contarles lo de la Herencia de Macumba. Para que no tengan que leer tanto voy a dividirla en partes. Aquí va la primera.
La Herencia de Macumba. Primera Parte
Macumba era una negrita africana que fue secuestrada por los tratantes de esclavos y puesta en uno de aquellos infames barcos que los traslaban a América. Pero en aquella travesía unos piratas ingleses atacaron el barco. Además de los esclavos, el barco de Macumba conducía diamantes y otras piedras preciosas de las cuales se apoderaron los piratas.
Después de matar a casi todos los tripulantes los malvados piratas dejaron el barco a la deriva llevandose solamente a Macumba y dos negritas bonitillas más.
Macumba sintió más terror en manos aquellos piratas que apestaban a alcohol y unas cuantas pestes más, que de los monstrous marinos con que los asustaba el capitán del barco. Y eso que ni siquiera se imaginaba lo que aquellos malvados tenían en mente hacer con ellas.
Pero para su salvación un inesperado huracán los sorprendió llegando a Jamaica, donde los piratas vivían y pensaban iniciar la Bacanal del Diablo con los diamantes y las negritas bonitas que se traían. El barco pirata sosobró y sólo se salvó Macumba, quien en una aventura elianesca, fue rescatada por un barco de la armada inglesa.
El catalejero del barco divisó a lo lejos una imagen de algo que parecía una islita con una pequeña montaña, pero al acercarse comprobaron que era Macumba echada boca abajo sobre una tablón de madera rodeado por delfines vigilantes.
Macumba fue bien atendida en el barco de la armada inglesa. Durante la travesía de vuelta a Inglaterra, se recuperó un poco de su trauma de niña atrapada, robada, atada, embarcada, transportada, pirateada, revolcada en las ráfagas del ciclón y naufragada.
El médico del barco, que era un viejito buenajente, no dejó que a Macumba se le acercara ni el mismísimo capitán y de paso aprovechó la larga travesía para enseñarle un poco de ingles a la niña, a la que como él era irlandes, le dio por llamar Mac Umba.
(continuará)
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